Un toque dulce a lo salado

Las dudas nos causan más dudas. Escuchemos a las olas que nos susurra al oído y nos llega al alma. Respiremos el aire puro marino que nos invada nuestros 5 sentidos, dejemos que el agua cristalina salada nos acaricie nuestra piel como si de una pluma se tratara.

Que la paz apacigua la duda, las desesperaciones. Pero la paz se busca, se encuentra, en los mínimos rincones, y en las cosas o acciones más minuciosas y abstractas existentes.

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