Cuando el amor sonríe, la pasión triunfa

Dos grandes formaciones de un rojo músculo cohabitan en una vulnerabilidad competente. No importa el sexo, la edad, la raza ni la nación.

Atraer y amar. Combinadas sería un éxito humano. Desordenadas, una ruina para el mismo.

El pulsometro marca el compás del sentido dado hacia una persona, de la forma en la que nos sentimos con ésta y, sobre todo, de los sentimientos encontrados.

Miradas, caricias, risas. Un complejo y vital vitamínico.
Las arritmias desaparecen.


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