No. No te enamores de nadie. Lo digo con total libertad y juicio. No te enamores de una persona física. De un rostro ni de un cuerpo.

Ahora si. Enamorémonos de los sentimientos y las emociones. De la pasión, del miedo, de la alegría, de la tristeza, del amor, del odio, de la fuerza interna, de la vagancia, de la pereza, de la agilidad, de la confusión, de los celos, de la euforia, de la gratitud, del enfado, de la impaciencia, de la admiración, del afecto y cariño, ...

¡Enamorémonos de la vida!

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