Nos levantamos tras una alarma de reloj o smartphone.
Nos vestimos y nos peinamos.
Nos vamos al trabajo o al centro de estudio.
Nos alimentamos y descansamos.
Todos los días igual, sin poner una chispa que te haga decir este día va a ser especial. Que ese día para ti valdrá para algo. Marcará una sonrisa, un recuerdo o un espacio de fluorescente en tu agenda.
Lanzar ideal al vuelo que algún pajarillo la cogerá o uno mismo alzará la mano y la pondrá en marcha. Pero ¡lánzalas!
Todos los días tienen un por qué o un por quien. Todos los días celebrar que el oxígeno inunda nuestros pulmones.
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