La Fealdad

¿Ser feo o ser inteligente? Una pregunta que la sociedad de hoy en día se cuestiona bastante y constantemente. Un tema llevado siempre a la parte física.

Miremos este tema desde el ángulo interno, es decir, ser feo por dentro. Esto último es lo más triste y horroroso que puede pasar. Sentirse feo el corazón o el alma; pero lo más triste es darse cuenta y no reaccionar, es más, el gusto por este tipo de fealdad. 

Darse cuenta de que tenemos demasiado polo negativo que ha acabado por esconder o incluso algunas veces eliminar el polo positivo.

Pero no todo está perdido, es más, nada está perdido. Todo tiene una solución si le echamos ganas, paciencia y valentía.

El primer paso es el despertar, es decir, el darse cuenta de que tienes fealdad, de que eres feo por dentro, de que aunque no sea todo negro en tu interior, existen manchas oscuras. Despertar es reconocer, tener un examen de conciencia para sí mismo. 

El segundo paso es la lucha. Si, la lucha es la acción que vamos a llevar a cabo para pintar esas manchas negras de nuestro color favorito, para planchar esas arrugas del corazón que nos lo hace más pequeño. Reaccionar ante lo que no nos gusta o nos parece mal. Para este paso, existen técnicas muy estudiadas por especialistas de la mente humano, los psicólogos, técnicas como la búsqueda del niño interior y la gratitud entre otras. Una mirada a la infancia seria un recuerdo que lo puedes hacer constante, y así una ayuda para la superación. En cuanto a la gratitud, dar gracias llena el alma de satisfacción, una medicina hecha por el hombre con ingredientes naturales saludables.

La recuperación existe a través de una paciencia constante y de una gran fuerza de espíritu y pasión por uno mismo y por la felicidad de los que nos sonríen por nosotros. 

Una vez finalizada la fase de recuperación, ya solo queda un último paso, el mantenimiento. El mantenimiento se refiere a no retroceder, a no volver al paso uno, a no cerrar la boca cuando te den humildad, cariño, ternura, amor,...

Yo una fea.