He notado que siempre vamos corriendo a los sitios, siempre con prisas de qui para allá, pero no apreciamos el camino que pisamos, que recorremos. No nos paramos a observa el parque por el que pasamos la mayoría de días, o las palomas andando con ese ritmo tan suyo, no nos damos cuenta de que los árboles ya tienen sus flores e incluso que el aire ser impregna de éstos. No nos damos cuenta de que el bar ya tiene puesto su surtido de helados, de que hay una preciosa paloma bebiendo en la fuente de agua, de que un pájaro canta alegremente, de que la obra de la casa de la esquina ya ha terminado y ha quedado una casa preciosa.

Sólo miras el reloj. Y corres más porque llegas tarde.

Comentarios