Sólo mi almohada y yo nos contamos los secretos mas oscuros en las noches. A veces no hace falta palabras, Sólo e silencio. O unas sonrisas o unas lágrimas. ¡Váya bipolaridad!


Y cuando no hay ambas de estas anteriores, digo silencios ni palabras, se inunda en sollozos o gritos que quieren hacerse mudos pero su ego se lo impide.

Comentarios