Duele, mucho.


Me encantaba rozarte tu cara y que cerraras los ojos porque el alma estaba en paz. 
Me encantaba como te desnudaba tu ser al mirar tus ojos verdes.
Me encantaba cuando me dabas tu mano y sentía que el mundo se paraba.
Me encantaba cuando me pedías abrazarte mientras las almas se unían entre las sabanas.
Me encantaba cuando me dabas besos en la frente y me mirabas bajo la luna cuando nuestro cuerpo daba rienda suelta al amor.
Me encantaba rozarte los labios con los dedos porque así me tocaba mi corazón.
Me enamoraba tu sinceridad y honestidad.
Me encantaba la sonrisa de niño nervioso, tus deseos por estar conmigo y tus ganas ansiadas por cosernos y no rompernos nunca.
Me encantaba el brillo de tus ojos cuando te expresabas.
Me encantaba como me sentía cuando estaba contigo, como era cuando estaba a tu lado y me encantaba tu antídoto para sanarme cada herida pasada.
Me encantaba cuando te ponías en mi pecho y... no existía nada ni nadie más.
Me encantaba como la ilusión era medicina.
Me encantaba cuando querías descomponerme, terminamos en un puzzle de mil piezas, de esas pequeñas. 
Me encantaba como tu voz cantaba tu todo.
Me encantabas, eras la pieza perfecta. 
Te esperaba. Y ahora ... ahora la pieza te la comiste. 
Cuando algo es de verdad, no hay nada ni nadie que lo haga incierto.


Imagen relacionada

Comentarios