Nueve

Paraste el reloj de arena de mis tristezas para introducir arco iris de millones de colores.
Quisiera volver a tumbarme bajo la orilla y escuchar el viento soplar fuerte. Volver a ponerme tu sudadera y acurrucarme en tu pecho.
Quisiera volver a ver la luna en tus ojos, las estrellas en tu piel  mientras me subías ardiendo al cielo entre tus brazos.
Quisiera volver a ver la galaxia tendida a tu lado cogidos de la mano y reír. Mucho.
Quisiera que lo que une la naturaleza y el cielo unió no lo separe el hombre.
Quisiera volver a decirte "te amo" ante el atardecer más bonito de mi vida. Besaba tus labios.
Quisiera que el universo vuelva a envidiar nuestras miradas.
Quisiera volver a enredarme en tu sonrisa.

Estaba en casa, por primera vez. Tu corazón. 
Por un segundo todo desapareció. Nada ni nadie más existía. Dicen que nunca se debe de decir "nunca" y que los "para siempre" no existen, pero yo arriesgo todo de mí para apostar por decir  "infinito". 
Porque no es querer bonito, es querer bien.

No lo recuerdes. ¡Hagámoslo más veces! Seamos más veces nosotros. Un uno. Pero aún haciendo lo mismo, ambos sabemos que no será igual.

Si. No un si cualquiera. Si infinito. 

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