Con sus nuevas noticias de salud y su nueva y difícil vida continuaba adelante fuese como fuese. A veces días mejores, otros días peores. Lo peor de todo no eran las pastillas y pastillas que se tenía que tomar, sino las secuelas que para ella le dejaban. No era nada de sangre, ni nada de que alarmarse se concienciaba su conciencia, valga la redundancia. Era algo que la destruía por dentro, su mente. Su mente era mucho más dañina y peligrosa que su enfermedad, que cualquier enfermedad posible. La mete es el reto mas retante de una persona.
Echando la vista atrás, en su pasado, un poco, baste, mucho, harta de las criticas de las personas por su físico, se refugiaba en sí misma. Para ellas ella era anorexica, una persona que no quería comer y que solo inventaba excusas. La verdad es que su bullying, lo que causo un autodesprecio, y una operación de rodilla hicieron que ella adelgazara. De ser la "gordita", una etapa tormentosa en la que casi no pasa a la siguiente etapa, del grupo, pasó a ser la "modelo" y luego la "delgaducha". En ninguna de esas etapas fue fácil para ella. Y el bullying siempre seguía ahí, acechando como un depredador a su presa.
Dejó atrás los kilos es cierto, pero las inseguridades seguían acompañándola. Con la piel pegada a los huesos se miraba al espejo y se veía gorda. Se insultaba e incluso se pegaba. Se hacía fotos y siempre se veía con kilos de más. Su infierno a su lado constantemente.
Pasaban los días y todo iba mal, ella estaba mas delgada que era lo que quería, pero no podía comer, nada podía entrar en su cuerpo sin que su conciencia le lastimara y su cuerpo le doliera sin saber el porqué. Como un pájaro comía y como un enfermo terminal acababa sus comidas, retorciéndose de dolor e inmóvil a veces por el mismo. Malos pensamientos y actos contra su cuerpo y contra ella misma. Hinchada, blanca y sin comer ni beber en días por no poder ciertamente. Un día de estos de dolor no podía ponerse derecha y en el hospital la gran parte de la noche pasó y terminó sin solución médica, sin respuesta alguna. tras esa noche hubo una interrogación más grande y la decisión por pasar a manos de médicos privados fue el acierto. Descubrieron lo que en 24 años no habían descubierto nadie por ignorancia, por desprecio, por incomprensión y por burla. Descubrieron la anormalidad del interior de un cuerpo, descubrieron el porqué de tantos porqués. descubrieron como era por dentro y como era por fuera. Me descubrieron. Me descubrí tras 24 años de lucha sin saber el nombre del contrincante que ahora sé su nombre y este se llama "Mastocitosis sistemática".
A partir de ahí todo cambió. Ella cambió con su medicación y alimentación acorde a todo ella. Se desarrolló de nuevo con 24 años como mujer, se sentía bella, alegre, con humor y con ganas de diversión. Ella quería arreglarse, quería salir, quería maquillarse, quería sonreír, quería bailar y quería dar todo de ella fuera donde fuera, en cualquier ámbito. Se sentía llena de vida, parecía tener vida.
poco a poco la blancura desaparecía conforme se desintoxicaba de los alimentos dañinos. Su cabello no se caía y, es mas, este iba floreciendo cada vez mas. A pesar del duro comienzo, ella veía claridad.
Sin embargo, su flashback estaba en su cabeza. Era parte de ella.
Continuará...
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