Sin Comentarios


Vendo mi recuerdos a buen precio.
Me deshago de lo que hoy en día duele. 
Quizás no sepa hacerlo,
pero mis ojos tienen que intentarlo.
Despertar cada mañana
como si fuera el último día de mi anhelo.

Puede que necesite un poco de talento
para hacer algunas rimas en el verso de mi cuento.

Mis sonrisas solo son mías, nadie me las proporciona.
Mejor así, que luego me quedo sola. 
Soledad bendita. Ya te echaba de menos.
Mi fiel compañera de negros tormentos. 
Casi sin salida tú me das una nueva forma de vida.
Solo sé luchar y confiar en mí misma.

Esto lo escribo en la noche
cuando el sueño es prófugo de la cárcel de mi cuerpo. 
Y en medio de esta agonía necesito un beso
de esa persona que siento dentro. 
Abrazo a mi cojín con la esperanza de dar vitaminas a mis nervios.

La justicia por mi boca no la llevo a cabo,
prefiero la acción del karma
que es amiga de mi alma.
Y ahora sé quien eres,
no necesito excusas, explicaciones ni confusas.
Te dejaste ver la máscara que muy bien te quedaba. 

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